Un informe reciente de varios investigadores independientes, concluye que participar en las artes fomenta el desarrollo de habilidades sociales, personales y cognitivas de los menores. Los programas basados en las artes pueden mejorar el rendimiento académico y disminuir la tendencia a la delincuencia. Ayuda a los jóvenes a formar actitudes positivas sobre sí mismos y a desarrollar su autoestima.
Los programas de arte implican comunicación, interpretación y comprensión de símbolos complejos, al igual que las matemáticas y los idiomas. Por lo tanto, fomenta las habilidades analíticas de orden superior y las habilidades de evaluación y síntesis. Muchos de los programas hacen que el niño use regularmente múltiples habilidades, lo que lo hace dinámico y versátil.
El desarrollo de la imaginación, el juicio y la filosofía son beneficios adicionales de una actividad basada en el arte. A diferencia de la corta duración de 45 minutos de las clases de arte en la escuela, el tiempo extra permitido en las actividades después de la escuela le permite al niño involucrarse más. Esto da como resultado oportunidades más satisfactorias para el desarrollo de capacidades latentes en el niño. A su vez, el niño aprende a establecer altos estándares de logro. Él entiende qué es el enfoque sostenido y aprende que la práctica regular es el camino hacia la excelencia.
En el niño que es tímido o retraído, las lecciones de teatro, habla o drama, pueden ser una salida para liberar las emociones reprimidas. Como el drama implica meterse en la «piel» de otra persona, el niño aprende a verbalizar emociones y expresar pensamientos. Estas razones explican la popularidad de las actividades basadas en el arte.